El círculo alquímico

El círculo alquímico
El círculo alquímico, de Paco Gómez Escribano. Editorial Ledoria. I.S.B.N.: 978-84-95690-73-9. A la venta en enero de 2011.

lunes, 3 de mayo de 2010

Operación abortada

Ni os podéis imaginar la historieta que estoy viviendo. La última vez que hice una entrada estaba en un estupendo patio de La Joya. El plan era sencillo: pasaríamos ahí un par de días y luego emprenderíamos viaje hasta el Distrito Federal para pillar un vuelo a España. Llegamos al D.F., pero cuando nos dirigíamos al aeropuerto y yo me las prometía muy felices, un coche se puso en paralelo al nuestro, bajó las ventanillas y nos empezaron a disparar por toda la cara. Ningún incidente hasta entonces, por lo que yo estaba muy confiado. Nuestro conductor estuvo muy fino. Intuyó la jugada y frenó casi en seco. Pasamos de ser los perseguidos a ser los perseguidores. No preguntamos a los tipos quiénes eran, sabíamos que eran los malos. Pedí una pipa y nos lanzamos contra ellos friéndolos a tiros. Ni yo ni los que me acompañaban éramos unos pardillos. Su coche acabó estrellándose contra una casa en la autopista y nosotros salimos de allí cagando leches. Ya no íbamos hacia el aeropuerto, no era seguro. Tiramos para el sur.

Pernoctamos en Oaxaca, esta vez en un hotel, con nombres falsos. Al día siguiente cruzábamos la frontera hacia Guatemala por un pueblo que se llamaba Tapachula o algo así. En estos días atravesamos Honduras, Nicaragua y Costra Rica. Ahora estoy en Panamá, más concretamente en la ciudad de Santa Fe. La gente con la que voy tienen una casa aquí, muy parecida a la de La Joya. No hemos vuelto a tener ningún percance, pero sabemos que nos siguen y hasta que no salgamos de Centroamérica no estaremos seguros. No me han dicho nada pero les he oído hablar. Creo que el plan es pasar a Brasil a través de Colombia.

Joder, jamás pensé que un puto secuestro en un pueblo de España me iba a traer hasta aquí.

Me han puesto un filete para cenar que estaba de lujo, un entrecot. Pero el vino era como agua, en fin, menos da una piedra. Estoy relajado en una mesa en el patio, que ya no me recuerda a los de Cádiz sino a, cómo deciros, sí, como a un patio de una venta de La Mancha. Y me estoy tomando un whisky y fumándome un cigarro con mi sombra, ya sabéis, el colega que no se despega de mí y que me cuida como si fuera su hijo, aunque él sabe que no soy manco con la pipa (ahora sonríe).

No sé cuándo voy a poder conectarme de nuevo, ni siquiera si podré hacerlo. No obstante, si puedo os seguiré contando.

11 comentarios:

  1. Me tiene alucinada la vida que llevas, que será peligrosa pero de monótona no tiene nada. Por cierto muy buena intuición esa de que los que os disparaban eran los malos...
    Y ahora a Brasil!! Ala..., ni mas ni menos, ¡si al final vas a volver sabiendo bailar Samba.
    ¡Que envidia!

    Un saludo.

    ResponderEliminar
  2. Espero que los malos no lean el blog, Carlos, para que no te sigan la pista; ni que la tomen con tus seguidores, claro. Vale la pena, en todo caso, correr el riesgo por seguir tus andanzas.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  3. Sí que da vueltas la vida, sí... Menuda vuelta a las Américas que te estás dando... ;-)

    ResponderEliminar
  4. Desde luego, tío, tienes más vidas que un gato. Joder, el James Bond a tu lado se queda en pañales. Ten cuidado y ya me dirás cuándo te veo. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  5. Supongo que después de esas hemorragias de adrenalina, apreciarás más el whisky y los cigarros, ¿no?. Menos mal que eres un virtuoso con una pistola en la mano sino, ahora estarías criando malvas y nosotros perdiéndonos tus aventuras. Ya estoy viendo a José Coronado dándote vida en la pequeña pantalla.

    Cuídate

    ResponderEliminar
  6. Apasionante. Dan ganas de esperar a que la aventura termine y estes de vuelta en Espana para leer todas las entradas de un tiron.
    Un saludo, y buena suerte!

    ResponderEliminar
  7. Aunque tengo unos días muy complicados, no he podido resistir la tentación de venir a seguir tu aventura americana, que se las trae. Tío, tú tienes más vidas que un gato, te has salvado del tiroteo de milagro. Así que has conseguido llegar hasta Panamá, esperamos noticias porque llegar a Brasil no creo que te sea fácil.
    Una cosa, dale a tu "tutor" un güisqui y un cigarrito, que el pobre lleva una vida más perra que la tuya.
    Cuídate, Carlos, que queremos verte pronto por España, tomándote un vinito con tu amigo Paco.
    Un abrazo a Panamá.

    ResponderEliminar
  8. Ese aire a novela negra de tu blog me encanta.
    Deberias ver una pelicula que en España tradujeron como El detective cantante.
    Fijo que te gusta.
    Nos leemos saludos.

    ResponderEliminar
  9. Campoazul:
    Bueno, para ti no será monótona, pero para mí, en fin..., no sé qué decirte. Sé que te sonará raro, pero para mí mi trabajo acaba siendo monótono. Siempre es lo mismo. Hay unos malos y yo tengo que joderles el rollo. Para mí es rutina. Lo que no es rutina es cuando no estoy en ningún caso, y cuando estoy con mi chica o con Paco tomando un vino, cosas que para los demás son rutinarias, pero para mí no.

    José Miguel:
    No creo que sigan el blog, porque los nombres y los datos son falsos, aunque las situaciones y lo que yo siento es verdadero. Así que no te preocupes.

    S. Cid:
    Cierto, a lo tonto me estoy recorriendo gran parte del continente americano y viviendo unas experiencias que, de otro modo, no podría.

    Paco:
    Tú lo sabes mejor que nadie. El haberme criado en Canillejas es lo que me permite llevar la vida que llevo y salir indemne. No te preocupes que me cuido.

    Guido:
    Vaya tela lo que me dices. Pues puede que al final le publiquen a Paco sus novelas y que después se lleven al cine, por qué no. Aunque yo lo de José Coronado no acabo de verlo. ¿Quizas Johnny Deep? No sé. Llevas razón. Cuando al final del día me tomo un whisky y me echo un cigarro lo aprecio de verdad.

    Antonio:
    Pues no sé, haz lo que quieras. Yo simplemente cuento lo que me pasa que para mí es normal porque es mi trabajo.

    Mercedes:
    Pues el tiroteo como cualquier otro, apunto y disparo y me cuido de que no me den. El nota que me cuida, no sé, yo también le cuido a él, ¿sabes? Y por la noche, brindamos por seguir vivos. Yo también tengo ganas de tomarme un vino con Paco.

    Piensa en Brooklyn:
    Gracias, procuraré verla. Nos leemos.

    ResponderEliminar
  10. Sabes? Tienes toda la razón del mundo, lo que pasa es que me dejé llevar por la pasión de la aventura y no pensé en que para ti tendría que ser un poco cansado y por supuesto monótono. Ba..., ni caso me hagas, es sólo que me gustan las emociones de lo desconocido...

    Besos.

    ResponderEliminar
  11. Bueno, que con esto me alcanza hasta cuando sea. Puf
    Saludos

    ResponderEliminar