Paco ha empezado ya a escribir la novela de mi última aventura. No sé, le veo como en parada biológica de escritura. Lo digo, porque en los tres últimos años había escrito tres novelas. Este año no ha escrito ninguna. Por años, me refiero a años escolares, que son por los que él se rige debido a su curro. La verdad es que le he visto bastante quemado. Porque a pesar de que la primera novela es cojonuda y tuvo la suerte de formalizar un contrato con una editorial grande, la crisis le ha cogido por medio y el libro sigue secuestrado en la editorial. Ahora está un poco más contento por haber firmado otro contrato con la segunda, esta vez con una editorial pequeña, no es lo mismo, ni tendrá la misma trascendencia, pero al menos un editor ha vuelto a apostar por él. Malos tiempos para publicar le han cogido. Debería haber empezado unos años antes a escribir, pero las cosas ocurren cuando ocurren. Mi colega Paco es un escritor de cojones. Le da a la novela, al relato corto, a los artículos, a las reseñas, a la Poesía..., y hasta tiene varias canciones escritas, letra y música, que se siguen interpretando en conciertos del grupo del barrio, son de las mejores. Tiene mucho talento artístico, yo no sé cómo se dedicó a la Ingeniería, bueno, sí que lo sé. A mí también me pasó. Cuando nos llegó la época en que terminamos la EGB, en mi barrio, estudiar era una cosa como de Ciencia Ficción. Los dos fuimos tarde a la Universidad. Yo me decanté por lo criminológico, de lo que entendía bastante, porque de ser delincuentes nos salvó yo que sé qué. Y él, por lo que calculó que tenía una salida. No me quiero ni imaginar la de libros que llevaría mi colega si se hubiese decantado por una Filología o cualquier otra carrera de Letras. Pero las cosas son como son. Y nacer en Canillejas en aquellos tiempos y con inquietudes te llevaba a bajar a la calle y que quisieras ser lo mejor que se podía ser: un macarra.
Espero que a Paco le publiquen algo, aunque sea la segunda. Y que vuelva a reencontrarse, que adquiera las fuerzas necesarias para volver a escribir regularmente. Y que al fin, se le reconozca su mérito.