El círculo alquímico

El círculo alquímico
El círculo alquímico, de Paco Gómez Escribano. Editorial Ledoria. I.S.B.N.: 978-84-95690-73-9. A la venta en enero de 2011.

miércoles, 30 de diciembre de 2009

El Nagual

Anoche estuve en el Nagual, el garito del barrio en el que se reúnen todos los colegas de antaño. Nada más entrar, el local me recibió con la última de "Extremoduro", no recuerdo el título, que en mi barrio tiene muchos partidarios. Lo bueno del Nagual es que aunque la barra esté llena conoces a todo quisqui. Una vez, después de una persecución de película de la pasma, uno de los manguis vino a refugiarse al bar después de que un disparo que iba para él se colara por la cristalera del bar y se incrustara en la pared. Todavía está el boquete. El tipo disparaba y la policía respondía. Al final saqué mi pipa y se la puse en la cabeza, no tuve más remedio, porque el hijoputa no dejaba de disparar y allí iba a pasar una desgracia.
Bueno, a lo que iba, que entré en el garito y lo primero que vi fue al Filo sentado en una mesa rodeado de papeles. Es un colega que se quedó pillao de los tripis bien joven y pilló buena pensión en los benévolos tiempos de Felipe González. El cabrón escribe bien, relato corto y poesía. Ya ha ganado varios certámenes con obras que yo mismo le he enviado, porque él no es capaz. Siempre que me ve me da sus escritos para que yo los lea. Me dice "anda Charlie, mira a ver qué te parece, que tú eres un tío culto y preparao". Y ayer no fue menos.
Después anduve saludando a los colegas, a unos y a otros. Whisky, tabaco y lo que no es whisky y tabaco. Perdí el primer mus en muchos meses. Pero claro, es que el cabroncete de Paco Gómez estaba en Algeciras documentándose para su novela, y jugar sin él como compañero es perder muchos tantos.
Bueno, pues como regalo de fin de año, os cuelgo la poesía que me dio anoche el Filo, a ver qué os parece a vosotros que sois gente culta y prepará. Feliz Año.

Muero

Muero un poco cada día,

si te veo triste,

si no remontas el vuelo,

si veo tus lágrimas,

si no contemplo tu alegre sonrisa.

Muero cuando te asaltan oscuros pensamientos,

cuando me miras

desde el fondo de tus sentimientos,

desde el interior de tu tormenta,

cuando se desata el fuego.

Muero en la tristeza de tus ojos,

en el despertar de tu dolor incierto,

en los recovecos de tu pena,

que se va por los rincones

de la calle de la tristeza.

Muero en el tren de tu melancolía,

en el valle de tu alegría dormida,

en el fondo de tu corazón dolorido

que late con cadencia abatida,

entre oscuras tendencias.

Muero, sí, me muero,

cuando escucho tu voz cansada,

cuando te veo apesadumbrada,

por esos sueños fallidos

que te dejaron frustrada.

Muero en cada mirada apagada,

en la ausencia de tu regocijo,

en tus ausentes atisbos,

en tus caricias veladas

que se pierden en el olvido.

Muero, me muero de forma insuficiente,

capto el maremoto de tus dudas,

dudas pasadas y presentes,

que no dejan vivir,

que no tienen fin.

Muero en cada lágrima,

en cada frustración,

en cada sonrisa malograda,

en la avenida del amor

de las farolas apagadas.

jueves, 24 de diciembre de 2009

Cuidado con el champán, que es traicionero

Me encuentro en Fuenterrabía, trabajando en un jodido caso sin visos de solución, como todos al principio. Bonita ciudad y unos pinchos de la hostia, y pedazo de parador. En mi oficio, lo de las fiestas es relativo. Tampoco es que yo sea creyente, pero tampoco soy ateo, creo en cosas, pero muy raras. Me acabo de despertar y voy a bajarme a cultivar eso de los pinchos. Tengo llamadas perdidas y mensajes de los de "Felices fiestas". Y acabo de colgar con Paco Gómez, que me dice que ya lleva 70 páginas de su última novela, en la que está novelando un caso mío que tuve en Algeciras de secuestro y que fue una auténtica paranoia. A ver si el año que entra le trae una jodida editorial de una jodida vez, que aquí parece que lo que más funciona es lo de los contactos.
Al final voy a tener que tirar de los míos o hacer yo una editorial, qué carajo.
Bueno, pues lo dicho, que me bajo, que he echado el ojo a unos de guindilla con huevo y anchoa. Y una tortilla de bacalao que pa qué.
Que lo paséis bien, niños y niñas. Y gracias por pasaros de vez en cuando por este jodido blog. Un abrazo.
P.D.: "Impar y rojo" de Oscar Urra está de puta madre.

domingo, 20 de diciembre de 2009

Los nietos de Chandler

Anoche estuve con Paco Gómez. Quedamos para cenar y nos fuimos a un garito de Capitán Haya en donde nos pusieron un entrecot de la hostia, para chuparte los dedos. En la cena hablamos de nuestras cosas ante la lujuriosa visión de los filetes hechos al punto y brindamos con nuestro preferido en estas ocasiones, Marqués de Cáceres. Yo acababa de aterrizar en Barajas porque venía del Sur, en donde estoy trabajando en un caso. Mientras cenamos, de la tele surgía la letanía del fútbol. Estuvimos viendo el Madrid-Zaragoza, y los maños, resignados, se llevaron media docena para la capital de Aragón. Terminamos la cena con una tarta de queso y unas copitas de Pedro Ximénez. Luego doblamos la esquina y penetramos en el Seis Peniques, cuna del café irlandés en España. Y la conversación fue navegando hasta Chandler. Hablar con Paco mola porque es como una jodida enciclopedia andante. Me destripó a Chandler y a Hammett, dándome datos que yo desconocía. Después me argumentó la no chadlerianidad de Larsson y su mérito al literaturizar a unos personajes muy especiales. Y después terminamos hablando de los españoles actuales, de David Torres, Oscar Urra, Pedro de Paz, Domingo Villar, José Luis Muñoz, etc., escritores actuales con los que hemos tenido el gusto de charlar últimamente en las presentaciones de sus libros y en conferencias. Paco los calificó como hijos de Juan Madrid y de Vázquez Montalbán, pero nietos de Chandler y de Hammett. Qué arte, por Dios.
Luego nos fuimos al barrio y, escoltados por dos Jack Danield's, echamos una partida de mus con unos notas que se creían catedráticos o algo así. Nos echamos una vaca a cinco juegos. Los mendas estaban exultantes porque nos iban ganando cuatro a uno. Les remontamos y Paco dio la estocada final pillando treinta y una de mano. Los notas se levantaron con un cabreo del quince. Uno de ellos me acusó de hacerle una seña a Paco de postre, y por ahí no pasé. No sé exactamente cómo le miré, incluso se me vino el pensamiento de calzar una hostia, pero al final el nota se dirigió a la barra y pagó religiosamente las copas. Así que todo quedó ahí, pero podía haber terminado como una novela de Chandler.

sábado, 12 de diciembre de 2009

Impar y rojo

El otro día, mi colega Paco Gómez y yo, estuvimos en la librería Estudio en Escarlata. Acudimos al sarao literario, que tenía como objetivo la presentación de "Impar y rojo", de Oscar Urra. Y de paso pues ya charlamos con él y con Domingo Villar, que le acompañaba en la presentación. Y también con Pedro de Paz, que estaba por allí. La verdad es que hay un montón de peña, todos ellos cuarentones, que está escribiendo y publicando Novela Negra. Y Paco y yo, como aficionados al género, no hemos parado últimamente de ir a presentaciones, conferencias, eventos y cursos. Al finalizar, lo de siempre, nuestra bandejita de jamón ibérico y nuestro Rioja. Y al final, pues la típica partida de mus en el barrio. Actualmente, Paco tiene tres novelas rulando por ahí. La primera, en una editorial importante, sufriendo retrasos en la publicación por la jodida crisis. Y la segunda y la tercera en respectivos premios literarios que se fallan próximamente. Yo he leído las tres y son jodidamente buenas. Así que en un futuro no muy lejano, espero que sea él quien presente sus libros y acuda a esos saraos literarios que tanto nos gustan a los dos. Quién sabe, a lo mejor un día se hace famoso y me hace famoso también a mí, ya que está empeñado en novelar mis casos, lo que no me apetece en absoluto, pero... ¿Quién sabe lo que nos espera a la vuelta de la esquina de esta jodida vida?

lunes, 7 de diciembre de 2009

La bodega del Suso

Hoy me he pasado por el barrio. Tomé café en el Shiray y disfruté media hora de la lectura de “As de espadas”, de Javier Otaola, que está de puta madre. Me encontré con el Jandri, que aun habiendo sido yonki, pues ahí estaba, con unos primos de Francia tomando tercios de cerveza. Me saludó y me invitó al café. Luego me fui al Guadiana y me tomé un vermú. Como hay un torneo de mus a celebrar en enero, pues me apunté y como pareja pues puse a Paco Gómez, quién si no, el cabronazo chana al mus. La camarera me obsequió con un consomé al Jerez que estaba de puta madre. Y cuando llegó la hora, me pasé por la bodega del Suso, en donde había quedado con Paco. La bodega es un garito emblemático, típica, con sus trofeos de fútbol, con sus carteles de fútbol de equipos del barrio, con el calendario del taller de chapa de al lado que luce una rubia en bolas que sostiene un balón, con sus participaciones de lotería de Navidad de diversas asociaciones del barrio, etc. Cuando he llegado he saludado al personal, todos conocidos. El Miguel, ex yonki, que se gasta su pensión en whisky con limón. Una vez le ingresaron y le dijeron que dejara la bebida. De esto hace diez años y por aquel tiempo tomaba whisky con coca-cola. Nos vino contando que lo malo no era el whisky, sino la coca-cola, y a partir de ahí sustituyó la coca por el trina de limón. Y ahí estaba, soltando sus escuetas frases filosóficas, con sus ademanes aristocráticos adquiridos desde la seguridad que le da la pensión otorgada en los benevolentes tiempos de Felipe González. También estaba el Ricky, el más intelectual del recinto, el único que devora el As y se permite dar conferencias de fútbol. Y el Vicente y el Luiggi, discutiendo de fútbol, de los mismos asuntos que se dirimen en los despachos y que despachan Florentino Pérez y Cerezo, con la sabiduría que da seguir el campeonato en la barra de un bar. Y el Suso haciendo la quiniela, dubitativo entre dar ganador al Madrid o al Marsella.

En éstas ha llegado Paco, que me ha contado que ha empaquetado su segunda novela para un premio literario, él erre que erre. Y nos hemos tomado el vermú, que al final ha pagado el Chipi, que ha venido con el labio partido y que nos ha contado que ha tenido movida con el camello que le ha querido tangar veinte euros en un gramo de coca, pero no con el camello habitual, sino con el sustituto, ya que el original está en cama con gripe A. Lo del labio no es nada, porque por lo visto al camello se lo ha tenido que llevar el SAMUR. En fin, el barrio, gloria pura.

Al fin, me encuentro en mi casa. Y voy a echarme un siestón, con el permiso de ustedes.

viernes, 4 de diciembre de 2009

Entre tinieblas

Una tarde, después de que se marcharan todos en la agencia, donde también tengo mi casa, me puse cómodo y estuve trabajando un rato en el ordenador. Un instante antes de que oscureciera, lo apagué, pero no encendí la luz, a veces me gusta estar solo, entre tinieblas. Me serví un Jack Danield's y me encendí un cigarrillo para dedicarme a reflexionar. Al cabo de media hora, escuché a alguien forzando la cerradura. No me moví. A los dos minutos entró un tipo alto y debió notar mi presencia porque me disparó. Yo tenía la vista acostumbrada a la oscuridad, él no, lo que fue una suerte para mí, erró el tiro. A continuación le disparé y cayó al suelo. Encendí la luz para comprobar que le había matado. Llamé a Antonio Parras, colega e inspector de la Brigada Judicial, que no tardó ni quince minutos en presentarse en la agencia con los de la científica. Le conté toda la película y quedé en presentarme al día siguiente en la comisaría para la declaración oficial. Esa noche tenía una cita con la muerte, aunque esta se pospuso por mi rara costumbre de estar a oscuras a veces. El tipo fue a la agencia seguro de que no había nadie porque no había luz. Esa noche, llamé a mi colega Paco Gómez y le invité a cenar en Lhardy. Brindamos porque esa noche, una vez más, logré esquivar a la muerte.

lunes, 30 de noviembre de 2009

La segunda novela de Paco

Pues acabo de terminar la segunda novela que me pasó en forma de manuscrito su autor y mi amigo, Paco Gómez. Y la verdad es que está genial, me encantó la primera y me ha encantado ésta. Tengo la sensación como de haber visto una película de aventuras un tanto esotérica, que también lo es mi amigo, sólo un poco. A este tío tienen que publicarle, y pronto, merece la pena.
Si hace unos años me dicen que mi mejor colega iba a acabar escribiendo novelas quizá no lo habría creído. Aunque tampoco hubiera pensado nunca que, habiendo salido de donde hemos salido, íbamos a hacer los dos una carrera universitaria y que yo iba a terminar en la Policía primero y después montando una agencia de detectives. Y que él iba a ser profesor y ahora escritor. Sencillamente porque en nuestro barrio casi nadie hacía el bachillerato y, ni mucho menos, íbamos a la Universidad. Pero Paco y yo siempre tuvimos inquietudes. Investigamos novelas, grupos de rock, protocolos de macarras, en fin, era lo que había. Menos mal que al final tuvimos como una especie de iluminación.
Bueno, pues que el libro está guay, pero me temo que el resto de los mortales todavía tendréis que esperar para leerlo. Yo le digo que publique con una editorial pequeña, como suele hacer todo el mundo. Pero el cabroncete prefiere esperar a una grande porque es muy cabezón. Le pasa lo que a mí.

viernes, 27 de noviembre de 2009

De historieta literaria

Ayer estuve con Paco Gómez en la librería "Estudio en Escarlata". No fuimos a una presentación de Novela Negra, como es habitual, sino a comprar un libro. Paco se pilló la primera novela de Roberto Iniesta, el líder del grupo de rock Extremoduro, titulado "El viaje íntimo de la locura". Me comentó que tiene verdadera curiosidad científica por ver cómo ha escrito la novela el Robe, al que conocemos por sus canciones y por su poesía pero no sabemos nada de su faceta narradora y novelística. Estuvimos recordando una vez que fuimos a ver a Extremoduro a la sala Argentina, en San Blas. Estuvo bien salvo porque el Robe estaba con un pedo del quince y apenas cantó porque no se le entendía pero tuvo su puntito.
Al final terminamos en el Callejón del Gato tomando bravas y oreja y finalizamos la velada en la Fontana de oro tomando unas birras. Paco me preguntó algunos detalles técnicos del caso de secuestro en Algeciras que me ocupó un tiempo y que ahora él está novelando. Y me entregó el manuscrito de su segunda novela que yo le había pedido para leerlo. La verdad es que me metí en la cama y me leí 80 páginas en las que flipé como un enano. Una intriga histórica de Alquimia digna de un best seller. Tanto él como yo seguimos eserando la publicación de su primera novela. Yo le doy ánimos, pero, al parecer, la crisis está haciendo que las cosas estén muy jodidas.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Querido Caín

Estoy con mi pareja, Andrea Fritz. Tomamos un café irlandés en el pub Seis Penikes y ella ha encendido su portátil para conectar con la intranet de "Top Secret", la revista que dirige. Hago un descanso para hacer esta entrada. Mientras enciendo un cigarrillo miro la portada de "Querido Caín", de Ignacio García-Valiño. Me la pasó hace unos días mi colega Paco Gómez en el Nagual, un garito del barrio. Él sabe mis preferencias por novelas de género negro pero insistió y ya llevo más de medio libro. La novela fue finalista del Premio Ciudad de Torrevieja. Ignacio ya ha sido finalista del premio Nadal. Paco me dijo que aunque no era una novela negra se podía establecer una analogía ya que la historia va de un psicólogo que, como un detective, indaga en la psique de un niño que es un cabronazo. Es muy buena.
Por cierto, que al abrir un correo de Paco me dice que me invita a comer mañana en El Landó. Pues qué bien. Seguro que me forra a preguntas del caso que ahora mismo está novelando. Yo flipo con la ilusión que le echa. Todavía no tiene noticias de la editorial a pesar de que le dijeron que le publicaban en noviembre.

lunes, 23 de noviembre de 2009

En Lhardy

Acabo de estar con Paco Gómez pasando un rato memorable. Siempre que estoy con él es inevitable que recordemos cosas del barrio, de cuando éramos jóvenes. La zona de Canillejas en la que vivíamos y que los dos seguimos frecuentando, era el far west. Recuerdo que cuando llegué, a los cuatro años o así, no había ni aceras ni calzada. Y lo del alumbrado público era ciencia ficción. Hablamos de los 70. Al lado estaba el poblado de la U.V.A., siglas que no recuerdo muy bien lo que significan. Allí vivía una de las bandas más feroces de aquel Madrid de las bandas. Eran conocidos como los “vikingos”. Y había peligro, mucho peligro. La cotidianeidad era un tanto salvaje. Nuestro deporte favorito era matar ratas a pedradas y hacer hogueras. Si bajabas a la calle, tenías más probabilidades de que te sacaran una navaja que de que no te la sacaran. Y había peleas y muchos niños escalabrados. En fin.

Siempre que me junto con Paco es inevitable que acabemos como abuelos cebolletas recordando batallitas. Hoy hemos ido a comer a Lhardy, uno de sus cocidos madrileños que están de escándalo. Comparto con Paco recuerdos, nuestra afición por la Novela Negra y nuestro gusto por la buena gastronomía.

Durante la comida me ha hecho un tercer grado sobre un caso mío que fue una paranoia y que actualmente está novelando. Resolví un caso de secuestro. Es admirable el tesón de mi colega con la Literatura. Tiene un contrato con una editorial grande por el que le dieron un adelanto. Pero lleva ya esperando más de dos años y medio a que le publiquen su primera novela y nada. Y él erre que erre.

Seguiré ayudándole en ésta, su cuarta novela y segunda sobre mí. Y si es frente a unas buenas viandas y un buen vino, pues mejor que mejor.

Mi colega, Paco Gómez

Uno de los casos más interesantes que tuve que resolver fue el asesinato del Duque de Cárdenas. Me reportó dinero y la oportunidad de conocer a mi actual pareja, Andrea Fritz, directora de la revista “Top Secret”. También fue compañero de viaje y de investigación el padre Arrieta, un jesuita que desde entonces colabora conmigo en diversas investigaciones. Es profesor aunque lo más interesante es que fue agente del Servicio Secreto Vaticano.

Mi colega Paco Gómez, profesor y escritor en sus ratos libres, después de haber escrito dos novelas de intriga histórica, quiso iniciarse en la Novela Negra. Así que noveló el caso en lo que constituyó su tercera novela, primera sobre mí. Harto de no publicar, la ha presentado a un premio de Novela Negra a ver si por ese medio consigue poner en las librerías su libro.

Yo le asesoré con gusto y la novela me pareció muy buena. Ahora vuelvo a estar con él en la que sería su cuarta novela y la segunda en la que yo soy el personaje central. Jamás me imaginé que acabaría protagonizando una historia literaria detectivesca, pero así son las cosas. Me alegro de que haya sido Paco el ejecutor de esta historia. Desde aquí le deseo suerte, aunque si algún día me veo en las librerías me moriré de vergüenza.