El círculo alquímico

El círculo alquímico
El círculo alquímico, de Paco Gómez Escribano. Editorial Ledoria. I.S.B.N.: 978-84-95690-73-9. A la venta en enero de 2011.

sábado, 17 de abril de 2010

Méjico lindo

Cuando pasas la frontera desde USA hasta Méjico no notas el contraste entre los dos países inmediatamente. Lo hicimos por Tijuana. Al cabo de unos minutos, lo que deja totalmente flipao es ver a los críos descalzos y con harapos. Pasamos por pueblos vacíos, deshabitados, y los que venían conmigo, sobre todo uno que es mejicano de origen, me explicó que últimamente los pueblos fronterizos se estaban quedando vacíos debido al narcotráfico. Los cárteles de la droga no querían testigos de sus trapicheos y pasos por la frontera de grandes cantidades de droga hacia USA, así que amenazaban a los habitantes quemándoles las casas.

Hace dos horas que hemos llegado a La Joya, en donde vamos a pernoctar. Hace un rato que he terminado de cenar y ahora estoy en un ordenador que no os podéis hacer ni idea de lo cutre. Mi escolta, sí, ese del que os hablaba el otro día, está a mi lado, ahora sonríe. La verdad es que nos hemos hecho muy colegas. Menos mal que hace años decidí aprender inglés, si no os aseguro que no habría podido hacer el curro.

No estoy en un hotel ni nada por estilo. La gente que me acompaña mantiene en Méjico una infraestructura variada. Desde la ventana de la habitación (esta vez sí), veo un patio con arcos, empedrado y con galerías en forma de balcones que llegan hasta las dos alturas. Porque sé que estoy en Méjico, que si no, diría que estoy en un patio de Cádiz, porque es idéntico.

He exigido una botella de Jack Danield’s y me la han traído, así que me he echado un lingotazo en un vaso con hielo y me he encendido un Camel. Una chica muy guapa se ha quedado mirando por el cristal sonriendo. Pero mi guardaespaldas ha salido para afuera y no sé qué coños la habrá dicho. El caso es que ha salido najando con una cara de susto que te pasas.

De momento no me han dicho dónde me llevan. Pero creo que han creído conveniente sacarme del continente por Méjico, por si las moscas. Otra cosa, la cena ha sido cojonuda, lo que pasa es que todo picaba como la madre que lo parió. Entre eso y el whisky espero que no me dé dolor de estómago.

Acabo de decirle a mi colega que si podemos pasear por el patio y me ha dicho que sí. Así que voy a salir un rato a estirar las piernas, entre otras cosas porque hay una luna de la hostia y porque quiero hacerme a la idea de que estoy en Cádiz.

viernes, 9 de abril de 2010

This is the end

Gracias a todos. Lo digo, porque según me ha contado Paco, quien más y quien menos se ha estado preguntando por mi tardanza en volver a publicar una entrada. Además, como sabéis que ando entre pistolas y gentuza, alguno pensó que me había pasado algo. Pues como veis sigo vivo y coleando, aunque ya no estoy en Las Vegas. Hoy no puedo contaros casi nada, se notaría bastante la identidad del que esto escribe, lo siento. Sólo puedo decir que he resuelto el caso con éxito y que los que me daban cobertura ahora me esconden, hasta que pase un tiempo, porque, evidentemente, los malos me buscan todavía y lo harán durante un tiempo. Alucinaríais si verdaderamente os contara la historia de este caso. Quizá Paco pueda hacerlo algún día a través de una de sus novelas, cambiando algunos datos, quién sabe.

Habito un cuarto sin ventanas, eso sí, con todas las comodidades. Estoy tomándome un Jack Danield’s y fumando un cigarrillo. Me han pasado un portátil con Internet. A mi lado está un nota que me vigila, que ahora sonríe al ver lo que escribo. De momento lo aprueba. Sabe lo que es un blog y no ha tenido inconveniente en que haga una entrada siempre y cuando él vigilara el contenido. Es un armario empotrado. Mide 1,90 o más y tiene un contorno de pecho, joder, por lo menos doble al mío. Menos mal que fuma y bebe y me hace compañía; además el cabrón es culto (vuelve a sonreír) y se puede hablar con él de cualquier tema, para que luego digan que los matones son malas bestias sin cerebro.

Si todo va bien, no creo que esté aquí mucho tiempo. Por tanto, espero volver pronto a España, ver a mi chica, a mis colegas de Canillejas y hacer alguna salidita por Madrid con Paco. Si os digo la verdad, estoy hasta los cojones de tanto yanki cabrón (el que me vigila se descojona).