Ya no llevo venda en el brazo, que es un alivio. Aunque aún llevo en cabestrillo. Aun así, esta tarde estaba haciendo otra labor de vigilancia. Ha venido un nota y me ha pedido fuego. Cuando llevas tantos años de profesión, primero de policía y después de detective, sabes cuándo el nota que te pide fuego es o no es un transeúnte que necesita fuego. Como por el rabillo del ojo vi a otro menda que se me acercaba por la izquierda a lo lejos, di fuego al nota, pero también le di un rodillazo en los huevos. Cuando se agachó, saqué la pipa y le metí en la cabeza con la culata, en mis circunstancias no puedo permitirme la lucha cuerpo a cuerpo. ¡Premio! El menda que se aproximaba como si nada a lo lejos sacó su pipa y empezó a disparar. Me puse a cubierto detrás de una esquina y le lancé un par de tiros para que se percatara de que yo también tenía pipa, sólo por eso. Estoy en U.S.A. y no quiero matar a nadie. Estoy cubierto por unos contactos digamos oficiales, pero hasta cierto punto. El nota se frenó en seco y se tiró detrás de un coche. Siguió disparándome. Después de calcular mis posibilidades, volví a disparar y salí corriendo con la intención de salir a calles más transitadas y coger un taxi. El nota perdió unos segundos cubriéndose de mis disparos y yo alcancé una calle céntrica esquivando jodidos tiros, el tío se había rehecho y había salido corriendo detrás de mí. La ley de Murphy, ni un jodido taxi. Corrí como alma que lleva el diablo, me enfundé la pipa y doble por Las Vegas Boulevard. Seguí corriendo y al llegar al “The Venetian Resort-Hotel-Casino” no me lo pensé, entré ante la mirada desconfiada de botones uniformados y aparcacoches. Me dirigí a la zona de tragaperras y me escondí detrás de una de ellas. Para mi desgracia vi al nota en el vestíbulo enseñando un carné a los de seguridad. Joder, la había cagado. Demasiado bien sabía yo que el menda era agente de, digamos una agencia oficial. Ahora no sólo tenía detrás de mi al nota, sino a toda la seguridad del casino.
Me quité la chupa y le di la vuelta, siempre llevo chupas reversibles cuando curro. Me cogí del brazo de una fulana que llevaba un traje escotado y le di 200 dólares para que me siguiera el rollo. Me puse una gorra y unas gafas e increíblemente salimos por la puerta y nos metimos en un taxi.
La invité a cenar en un italiano después de darle otros 300. La cena hasta estuvo agradable. Mary, o al menos así me dijo que se llamaba, me dijo que era licenciada en filosofía, pero que se dedicaba a la prostitución en el casino y que se estaba forrando. También me dijo que, a este paso, se jubilaría a los cuarenta con la vida asegurada. Me dijo que si quería sexo con ella me haría una tarifa especial. Al final le di otros 300 y le dije que lo más importante era que ella no me había visto en la vida. Al salir a la calle, me besó en la boca. Yo me cogí un taxi, me fui a casa y me serví un Jack Danield’s. Me la estoy jugando en este caso, pero, qué coño, qué voy a hacer si el curro me gusta y además me pagan un huevo.
Ayer hablé con Paco Gómez. Ninguna noticia sobre editoriales. Le dije que todo llega. Hasta llegará el día que termine con este caso y pueda volver a casa.
Genial! Qué decir de frases como esta?: "Como por el rabillo del ojo vi a otro menda que se me acercaba por la izquierda a lo lejos, di fuego al nota, pero también le di un rodillazo en los huevos": serie negra pura, de la buena, de la que invento el gran Dashiel Hammett.
ResponderEliminarUna observacion: pudiendo leeros en blogs como este, o como el de Paco, a quien le importan las editoriales? Ellas se lo pierden.
Seguimos pendientes de la investigacion.
Un saludo
Qué vida más dura llevas, cualquier día me encuento en el blog el relato del último disparo certero, pero no de tu pipa, sino de la de un nota con buena puntería; siempre hay alguien más avispado que tú. Así que en la vegas, ya sabes que hace unos días murió un apreciado miembro del equipo del C.S.I de Grisson, un tal Warrick, ya sabes, la pipa de un menda; así que ten cuidadín, que las carga el diablo.
ResponderEliminarCuando hables con Paco, dale recuerdos de esta bloguera que te escribe.
Un saludo a Las Vegas.
Pero qué está pasando que todos los manguis se te pegan? No me digas que andas por L.V. con la cámara de fotos colgando y el plano en la otra mano...
ResponderEliminarMenos mal que eres un hombre de recursos porque sino, el bueno de Paco, en vez de narrar tus casos, estaría escribiendo tu obituario.
Un saludo, y cuídate.
Desde luego, Carlos, ya te vale. Ten cuidado tío, que un día una bala puede encajar 10 cms. más a dcha. o izda.
ResponderEliminarY nada, de editoriales, a fecha de hoy todavía nada.
Lo que me has contado del caso por teléfono todavía me sigue pareciendo increíble. De ahí va a salir una novela que te pasas.
Un abrazo.
Menos mal que estás en forma, Carlos. ¡Qué vida la tuya! No se sabe si envidiarla o sentirse aliviado por la propia rutina. Un abrazo y mucho cuidado.
ResponderEliminarAntonio:
ResponderEliminarGracias por tus palabras, pero te aseguro que no me dedico a la escritura. Ese es mi colega Paco Gómez, él si que es un gran escritor, te lo aseguro. Me gustaría daros datos de la investigación, ibais a flipar, pero no puedo.
Mercedes:
Pues la verdad es que me juego el tipo. Pero antes, cuando estaba en la policía, también lo hacía por un mísero sueldo. Por lo menos ahora me pagan bien y disfruto de buenos hoteles, buenas comidas y, a pesar de mi misantropía, conozco a gente interesante. Le daré recuerdos a Paco, hablamos regularmente. Ambos te estimamos mucho por tu fidelidad a nuestros blogs.
Guido:
Si yo te contara... Bueno, quizá algún día leas mis aventuras y desventuras en las novelas de Paco, si es que alguna vez se dignan a publicarle. Y sí, topo con muchos manguis, es mi curro. Ojalá fuera sólo ayudar a cruzar abuelitas. Cuanta gentuza hay en el mundo.
Paco:
Ya sabes que tengo cuidado. Realmente, tú eres el único que sabe en lo que estoy metido y, por lo que veo, estás flipando. Aunque menos que yo, eso seguro.
José Miguel:
Pues esto te tiene que gustar, si no, no lo haces. Tengo dinero, viajo y vivo bien, pero cualquier día se puede acabar todo. Yo, sin embargo, a veces echo de menos un curro de oficinista, aunque a la larga me aburriría.
Saludos a todos y gracias por pasar por aquí.