No paro de trabajar. Hay que ver la cantidad de peña que, en vez de dedicarse a trabajar, estafa, amenaza, especula, trafica, soborna, roba... Llegué a Madrid ayer, al mediodía. Esperaba ver a Paco en la bodega del Suso para tomar un vermú, pero no estaba. Le llamé a su móvil, pero no contestaba. Así que me entretuve en escuchar los desvaríos de los zumbaos del “psiquiátrico”, como el propio Suso llama a su establecimiento y luego me fui para casa. Entre los vermús y los pinchos de tortilla que me sirvió el Suso ni siquiera comí, así que me eché un rato.
Me levanté a las seis y me hice un café. Mientras me encendía un cigarrillo miré el correo electrónico y vi a Paco por el messenger. Nos saludamos y quedamos a las nueve en el Paraíso del jamón, de San Bernardo. Me di una ducha y estuve un rato tirado en el sofá leyendo la última de Edward Bunker que ha publicado la editorial Sajalín, “Perro come perro”.
Total que a las nueve y cinco vi entrar a Paco por la puerta del mesón con su novela impresa en la mano y con una sonrisa de oreja a oreja. La estuve mirando e incluso la olisqueé, ya que todavía llevaba impregnado ese olor a imprenta tan agradable y característico. Estuvimos charlando un rato acerca de la edición de la obra y de los avatares relacionados con la presentación, que será el próximo sábado 15 en la librería Estudio en escarlata. Lo cierto es que está ilusionado y un poco acojonado en el sentido de que no sabe cuánta gente acudirá al acto. De lo que no me cabe duda, por lo que me contó, es de que el público va a ser de lo más heterogéneo por la procedencia de los distintos grupos que él cree que acudirán al acto. El caso es que esté lleno y que se vendan muchas novelas, aunque él piensa que esto es lo de menos, que lo importante es pasar un rato agradable.
Nos tomamos dos bocadillos de jamón de bellota con unos Riojas y una de queso añejo. Después unos pinchos de bonito con pimiento morrón. Más tarde nos fuimos a un gallego de Leganitos que tienen una tarta de Santiago de la hostia, y la acompañamos con un Oporto. El caso es que acabamos en el barrio. Paco me llevó a un garito que regenta uno de los zumbaos del barrio y llamó a la puerta, ya que aparentemente estaba cerrado. Aquello era un templo del vicio, ya que nos tomamos unas cervezas y nos fumamos unos trujas, allí fumaba todo dios. Acabamos echándonos un mus con unos notas de San Blas que no nos conocían, y ese fue su error. Nunca se puede subestimar al contrario. Les dimos una curra que para qué.
Luego nos marchamos andando. En el portal de Paco me pillé un taxi. Parece mentira, pero por fin he tenido una novela de mi colega en las manos. Por fin ha habido un editor listo. No es la primera novela de él, concretamente es la segunda, pero da igual, lo importante es que va a publicar en estos tiempos tan difíciles. Y ni él mismo es consciente de lo que eso significa. O lo sabe..., y no le da importancia. Mi colega es así.
Lo primero, Carlos, ¡por el amor de Dios!, hazle una visita a tu novia hombre, que tiene que estar desesperaita.
ResponderEliminarSobre el acto de presentación de la novela de Paco, estoy segura que estará a rebosar. Paco conoce a mucha gente que tiene muchas ganas de hincarle el diente a uno de sus libros, mismamente yo. Además, con la ilusión que lo cuenta...
Lo de vender... para mí es secundario, y pienso que para Paco también, lo importante es que lo lean y el qué dirán después; esto de publicar es como un examen, y de los gordos. Yo siempre digo que prefiero que una de mis novelas quede perjudicada de tanto ir de mano en mano a que se venda mucho y la coloquen de adorno en las estanterías de las casas de mis amigos. Como digo, lo importante es que te lean y que la disfruten todos los lectores posibles, que luego te seguirán.
Yo todavía no puedo tener opinión sobre la obra de Paco, pero espero poder tenerla en breve.
Lo dicho, ve a ver a tu novia.
Hasta la próxima.
Ahora Andrea está en Alemania, Mercedes. Oye pues gracias por tus palabras y ya me contarás qué te parece la novela. Ahora tengo como un pelín de miedo a que no guste, será el miedo escénico.
ResponderEliminarCarlos, buena velada echamos. Gracias, tío.
Días de Gloria pra el alma
ResponderEliminarSaludos
veo que Carlos no es un detective de barrio, sino que se no para de viajar.
ResponderEliminarya queda menos, la cuenta atrás, para hacernos con la novela de Paco.
una curiosidad, ¿como es el trato entre detectives? os sentis amenazados unos con otros cuando os cruzáis en algún caso?.¿cual es el perfil de un detective privado? respondéis al mismo patrón, de tipo duro, o hay de todo? hay muchos ex policías en la profesión, o ahora hay más jóvenes que estudian criminología y se dedican a esta rama?
saludoos. y a seguir comiendo así de bien, me entra hambre sólo de leer je je.
Y tanto, Viking, y tanto.
ResponderEliminarYa queda menos, demanio. Por lo demás, uf, son muchas preguntas. No hay mucha relación entre detectives. En algunos casos hay amistad y en otros recelo, y a veces, mucha mala hostia. No hay un perfil de detective privado. En micaso, antes fui madero y estudié Derecho y Criminalística. Pienso que me ha venido bien la formación, mis años como madero y haber nacido y haberme criado en un barrio marginal. Hay tipos duros y tipos blandos, que sustituyen la "falta de dureza" con la inteligencia, pero no te hagas ideas preconcebidas con las películas de Bogart: nada que ver con la realidad. Hay muchos ex policías, pero también jóvenes que vienen de criminología, aunque la mayoría optan por entrar en Policía o Guardia Civil.
Seguimos cuidándonos, no te preocupes. +
Un abrazo a los dos.